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Sinceros e ideológicos, renovados y potenciados, LOS CALZONES regresan con una nuevo álbum donde plasman los 30 años que llevan juntos como grupo, con un POWER SKA.

«El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente», decía el forjista Arturo Jauretche cuando el ska solamente existía en las esclavizadas mentes de algunos pioneros, en Jamaica.

En tres décadas de trayectoria, Los Calzones optaron por combatir alegremente afiliados al ska como sonido y forma de vida.Y lo ponen en práctica insertados en Latinoamérica y parte de Europa, una amplia región del mundo donde el género es sinónimo de protesta.

Chamuyo, un nuevo disco despues de más de una década, más que una obra es una colección de acontecimientos. Mejor dicho, una variada playlist recobrando el discontinuado formato de álbum.

Con estrépito, comienza con «Caras y caretas», seleccionado como el primer corte. Texto y música se conjugan como una operación algebraíca dedicada a recordarnos algo: no somos un número. Y cuando nos gobierna el mal, las cuentas nunca dan bien. La data se cruza con la potencia del track, uno de los más significativos en la historia de la banda.

«Garca», uno de los más revulsivos, es pura metralla, musical y dialéctica, contra instituciones e institucionalizados y funciona como declaración de principios. La rabia y el frenesí, el ritmo y los matices: tracks como éste se alternan con coqueteos con lo urbano («Una vela»), el reggae (la perfecta melodía de «Nada es igual») y no se privan de sonar como un coro de cosacos en «La vida».

En su extensión, Chamuyo no deja temática (que le interese a la banda) sin tocar: «La Tierra acelera» alerta sobre la discriminación a escala global, el pulso surf de «Causa y consecuencia» contra el consumismo, «Despertar» aboga sobre la ecología y sus metales preciosos (la vida y tierra y el mar), «SkaPaz» es el alegato antibélico y «Almas radiactivas» (con la participación de Sr Flavio) sobre el milagro de las relaciones humanas.

Agotados los temas, hasta es lógico que todo termine con «SkaRules», una exquisita pieza instrumental.

Que sea Ska!!!